La RSCE apuesta por una ley que proteja a todos los perros sin excepción, pero que contemple también las especificidades en función de sus diferentes actividades en la sociedad
La Canina valora los cambios consensuados como eliminar la esterilización obligatoria o reforzar la figura del criador responsable pero confía en nuevos avances en aras de la protección y dignidad de los perros
La Real Sociedad Canina de España (RSCE) ha abierto una ronda de contactos con los grupos políticos para incorporar mejoras en la Ley de Protección y Bienestar Animal, que se encuentra actualmente en fase de tramitación parlamentaria en el Congreso de los Diputados tras dos años de andadura.
La RSCE sigue trabajando con el Gobierno, con todas las formaciones del arco parlamentario y con las distintas entidades relacionadas con el sector para conseguir que el desarrollo final del texto de la Ley de Protección y Bienestar Animal sea satisfactorio para todos los perros.
En este sentido, el presidente de la RSCE, José MIguel Doval -que se reunirá el próximo 21 de septiembre con la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra- aboga por una ley que sea adecuada y justa y que proteja a todos los perros sin excepción, pero que contemple también las especificidades que se dan en función de las diferentes actividades que desarrollan en la sociedad.
Por ejemplo, una buena Ley de Bienestar Animal debe contemplar la figura del perro de raza y su diversidad, así como el trabajo que desarrollan sus criadores y propietarios, como primeros garantes de ese bienestar y como primeros implicados en la lucha contra el maltrato o el abandono.
Asimismo, la nueva norma tiene que reconocer la importancia de las entidades que se dedican a la promoción y mejora de las razas caninas o al desarrollo de sus diferentes actividades profesionales o deportivas, abarcando desde actividades como la caza, la guarda, el rescate, la terapia o el pastoreo hasta la compañía que hacen día a día a millones de personas en nuestro país.
El Proyecto de Ley de Protección y Bienestar Animal aprobado en Consejo de Ministros el pasado mes de agosto recoge avances fundamentales consensuados con actores como la RSCE. Así, se elimina la esterilización obligatoria de los perros, se apunta a la formación como clave para la protección del animal, se regula de forma detallada las condiciones de las exposiciones y concursos caninos o se refuerza la figura del criador responsable, entre otros avances.
La RSCE valora el tono general del texto aprobado por el Gobierno, pero aboga por seguir avanzando para situar a la cinofilia organizada en el lugar que se merece, como actor principal del cuidado y bienestar de los perros.
Por ejemplo, se hace necesario un mayor reconocimiento a la actividad de las entidades y asociaciones de criadores de perros. El texto actual da un paso adelante al reconocer a las organizaciones que fomentan la convivencia responsable con animales y su capacidad para suscribir acuerdos con administraciones, pero la RSCE considera que se puede ir más allá.
También se debe reforzar la regulación de los Núcleos Zoológicos para dar a conocer la realidad de la cría responsable, la situación y las necesidades de la mayoría de los criadores de nuestro país; reconocer oficialmente deportes caninos que implican el uso adecuado de medios necesarios; o potenciar las pruebas de sociabilidad como las que realiza desde hace años la RSCE para probar si los perros son idóneos para la convivencia.
Es fundamental, por tanto, que el criador familiar u ocasional esté amparado por un marco legal y reglamentario adecuado, que le permita, por un lado, cumplir con sus obligaciones y, por otro, contar con todos sus derechos.
Desde la Real Sociedad Canina se agradece el esfuerzo realizado hasta ahora por la Dirección General de los Derechos de los Animales, a la vez que se asegura que la principal asociación canina de España seguirá defendiendo los intereses de los perros en general y de los perros de raza en particular.
Según el presidente de la RSCE, “todo este trabajo hace que el desarrollo de una ley, o de un marco legislativo que se empeñe en la protección y el bienestar de nuestros perros, sea un reto ambicioso y complejo, pero no por ello menos ilusionante”.
